sábado, 26 de septiembre de 2009

Fascinante

Ayer pude comprobar que en ocasiones, el pasado vuelve. Ayer se me concedió el deseo de volver a verlo, después de tres años de añorar su presencia. Fascinante. Fue, de verdad, fascinante. Cuando lo esperaba, cuando compartimos sitio en la cervecería de Arturo Soria, cuando volvimos al coche, cuando lo dejé próximo a su casa. Fascinante.
No paro de recordarlo. Charlamos sobre el pasado, pero mucho más sobre el presente. Fui la que fui hace tres años, en mi primera etapa con él: controlé la situación, a veces, haste puntos desquiciantes. Por eso, no sé qué pasará mañana, ni mucho menos, más allá de mañana. Si sé lo que me gustaría que pasara, pero está tan íncreiblemente tatuado en mi cerebro que soy incapaz de vomitarlo. Todo, a su debido tiempo.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Tecnoguay

El último ligue de mi amiga Yul es demasiado mayor. Que yo piense esto es muy significativo, ya que entre un menor y un mayor que yo, siempre he preferido la segunda opción. Aún así, ayer los veía juntos y la imagen me resultaba impactante.
La situación a Beck la descolocó hasta el punto de confesarme que fue aparecer y cortarle el rollo para toda la noche. Y eso que la parejita se reincorporó con nosotras mucho más tarde, pues decidieron darse una vuelta antes por la noche en blanco.
Lo más gracioso me sucedió en uno de los garitos de Huertas. Me encontré con Pipe, antiguo amigo de la infancia de mi ex. De verdad que me hizo mucha ilusión. Hacía más de cinco años que no lo veía. Charlamos un ratito para ponernos al día y quedamos donde queda hoy en día todos los tecnoguays, en Facebook.

Me extraña no saber nada del zurdo. Con lo pesadito que fue al inicio... Otro más, otro menos.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Mi

La primera semana como independiente me ha coincidido con la llegada imprevisible del otoño más invernal que recuerdo. Lluvia, frio, ventisca, etc. Un tiempo desagradable que sin embargo no ha borrado la sonrisa de mi cara durante toda la semana. Y es que todo aquel miedo que tenía a vivir en soledad, ha quedado en poco más que un sustillo. Me encuentro estupendamente al llegar a mi casa con mis llaves, disfrutar de mis cosas y relajarme como mi cuerpo me pida, sin forzar sonrisas ni dulcificar mi caracter si no quiero hacerlo. Sí, es la independencia de la convivencia de 33 años en familia. Se dice pronto!

domingo, 13 de septiembre de 2009

Cuzco

Aforo completo. No cabía un alma más en el garito de cuzco. Mucho niño mono y en este caso, también solo. La noche prometía. Para cuando Yul y Nemi decidieron irse, habíamos cambiado de ubicación un par de veces. Beck, Nita y yo nos situamos cerca del grupo más hormonado del lugar, siguiendo el gusto hombreriego de mis dos amigas. No dije ni una palabra en contra. Me sabía que anoche no era mi noche, así es que preferí contarles a the hormand's men que tenía novio (además me salió sin pensarlo demasiado, cuando me escuché a mi misma quedé tan sorprendida como convencida de que así era). Cuando los cartones para bingo estaban más o menos repartidos, a poco de cantar línea, sorprendí a mis amigas informándoles de mi marcha. Sinceramente, ninguno de los cartones me gustaba. Sinceramente, anoche preferí lo de desgraciada en el juego... Si por lo menos esta semana se transformara en afortunada en amores, mi marcha en solitario hasta casa, seguramente tendría algún sentido. Apostamos?

sábado, 12 de septiembre de 2009

Mudanza

Me estoy mudando. Sin nocturnidad pero sí con alevosía. He aprovechado que toda mi familia está a más de cincuenta kilómetros de Madrid para decidir trasladarme por fin. Después de pasarme la mañana 'acarreando' ropa, he tenido que comprar mis primeros víveres con los que pueda por lo menos sobrevivir durante el lunes. Mañana, a su debido tiempo y por teléfono informaré a los míos de mi fin de semana agetreado.
De esta decisión he hecho partícipe a mis amigas, con las que supongo seguiré hablando del tema esta noche, pues nos han invitado a visitar un garito próximo a cuzco. Así es que habrá que irse olvidando por hoy para continuar mañana con la, esta vez sí que en sentido literal, dichosa mudanza.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Expectativas

Los que saben aconsejan ante un acontecimiento, no crear demasiadas expectativas. De nuevo pude comprobarlo ayer. Era la noche elegida para celebrar mi cumpleaños y tanto mis amigas como yo habíamos depositado en el momento, alguna que otra expectativa. Cenamos en el sitio de todos los años pero cambiamos a la hora de decidir dónde tomabamos las copas. Quise que fuera en el antiguo local propiedad de Alaska. No estuvo mal pero no fue la panacea, tal y como Nita, Beck o Yul esperaban. Nadie ligó como es debido y eso, cuando se fomentan expectativas, cabrea. Me hago el cargo.
Por lo demás, por lo que a mi respecta: sorpresa con mi último zurdo, cuando aparecía de lo más eufórico a las cuatro de la madrugada en el garito. Me quedé flipada y aunque intenté disimularlo creo que finalmente se me notó. Allí lo dejé haciendo de señor de las relaciones sociales. Por sms me cuenta que llegó a casa sano y salvo. Qué alivio!

sábado, 5 de septiembre de 2009

33

El miércoles cumplí 33 años. Cuando era pequeña no solía imaginarme con esta edad. Para acercarme a la posibilidad de tener más de treinta, miraba a mi madre y me convencía que si es que llegara a tener la treintena, estaría casada y tendría al menos dos hijos, el primero por supuesto, niño. En mi mente ya por entonces prodigiosa, no cabía la probabilidad de la soledad: mi tía encarnaba para mi la soltería y llegar a su edad (tiene cuatro años menos que mi madre) sin ni siquiera un novio reconocido me parecía de lo más desolador.
Y aquí estoy, 33 años, sin marido, sin hijos y sin novio reconocido. Sin embargo, algo ha cambiado desde que inauguré la tercera década de mi vida: no es desolador. Sin-ceramente agradezco haber podido comprobar que la teoría no era comparable a la práctica, que la realidad supera la ficción e incluso la digiere a pedacitos pequeños como si de distintos manjares se tratase, dejando un buen sabor de boca. Ahora, en la edad inimaginable durante mi infancia, prefiero haber vivido la realidad tal y como ha ido sucediendo, con un solo deseo: que la historia, mi historia, continúe de la misma forma y por qué no distinta de la que en el momento presente imagino.