domingo, 30 de mayo de 2010

Beck

Antes de conocernos no sabíamos que nuestras vidas estaban siendo paralelas. Lo averiguamos en una excursión a la sierra. Desde ese día supe que debía haber sufrido y que irremediablemente sufriría por amor. El destino quiso que ya como amigas, volvieramos a experimentar la similitud de nuestras vidas y mientras yo me veía con el popero, ella se dejó encaprichar por uno de sus amigos. Volvíamos a coincidir. Y también lo hicimos al romper. Tras un concierto de Fangoria, prometimos acabar con aquella situación ni contigo ni sin ti en la que ambas habíamos vuelto a caer. Y lo cumplimos.
Hoy y a pesar de que nuestras vidas ya no son tan paralelas, seguimos en el mismo barco, en el que cuando las olas golpean demasiado fuerte en su camarote, ella busca refugio en el mío.
Beck aún sigue sin ser consciente lo mucho que le recompensaría preferir a ser preferida. Algún día, porque ella sabe hacerlo como nadie, analizará su pasado y examinará su presente, para de nuevo, por enésima vez, ponerse al timón de su vida y dirigirse a puerto, pero no a uno cualquiera sino al que sólo ella prefiera. Y el resto, dejará de importar.

sábado, 29 de mayo de 2010

Solas

(...) A menudo miro hacia atrás y me pergunto qué hubiera hecho de no haber tenido tanta suerte, y siempre llego a la conclusión de que todo lo que tenía a los treinta años habría bastado para procurarme felicidad, la misma de la que disfruto ahora. Reconociendo lo que me ha aportado, también creo que el matrimonio y el amor no lo son todo en la vida. Al final, todos estamos solos.
Las mujeres que protagonizan este libro aprendieron a no ser dependientes de sus maridos; es más, entendieron esto como una necesidad vital, y al hacerlo muchas de ellas se reinventaron valientemente. Incluso si nosotras no estamos obligadas, como lo estuvieron ellas, a aprender la misma lección a través de guerras y penurias, no es malo reconocer que nuestras vidas nos pertenecen y que está en nuestra mano destrozarlas o construirlas (...).

Ellas solas
Virginia Nicholson

sábado, 22 de mayo de 2010

Glamour

Acabo de ver en el telediario a David Beckham en Afganistán. Y allí, incluso en mitad de un lugar donde estoy segura que se respira y lo que es peor, se transpira combate, lo único que él comunica es glamour. Glamour en el tanque, entre las tropas y sobre todo, echando una pachanga con sus compatriotas militares: pantalones de guerrilla, camiseta caqui ajustada con el tamaño de manga justa para que se vislumbre uno de sus múltiples tatuajes. Lo mejor: la pasmina. En Afganistán, lo primero es armarte de una buena pasmina en el cuello con un nudo (pseudo)rápido.¿ Quien no sabe que tras Cibeles y Gaudí, la pasarela más importante es la de Kabul?.
Prefiero no pensar que este importante reto ha sido la primera gran decisión del nuevo primer ministro inglés... Prefiero pensar que lo ha solicitado él, el astro del balón, el marido de la posh, o quizá ella misma, Victoria, Vicky para todas las que como ella respiramos y transpiramos... glamour. Vivir para ver!

domingo, 16 de mayo de 2010

Preferido

Dicho y hecho. Anoche se repitió la coincidencia entre imprevisto y divertido. La culpable: la Gran Vía. Nos acercamos por la zona porque Nemi había quedado con más gente. Y aunque la mitad ni aparecieron lo mejor fue acabar en el lugar donde celebré mi cumple y al que hacía siete meses que no iba. Qué ilusión. Sigue sin decepcionarme. Buena confirmación para intentar volver a repetir la experiencia lo antes que pueda.
Las ausentes vuelven esta noche, tras cumplir con sus compromisos varios. Está casi asegurado que el sábado que viene seremos más que la pasada madrugada. Lo que no saben... es que me he ganado una nueva adepta a mi local preferido: Nita me prometió volver. Aquí queda escrito y pienso recordárselo a menudo. No puedo pasarme siete meses sin pisar el lugar en el que mejor me divierto. Pronto veremos si mis intenciones se convierten en realidad o no pasan de ser meras expectativas. Permanezcan atentos a su pantalla....

sábado, 15 de mayo de 2010

Calma

Hoy hace una semana que estallaba la tormenta. Ahora, me encuentro instalada en el paso posterior: en la calma. Se pronostica un fin de semana tranquilo y por eso, seguro que diferente. Vuelvo a lo imprevisto, a lo sorpresivo, vuelvo a mi reciente costumbre, tras el plan megapreparado del fin de semana pasado. El resultado fue muy, muy divertido. Y en mi caso duró hasta el domingo, donde tuve la oportunidad de actualizar mi locuaz italiano. Poco después él, de vuelta a Milano y yo, a mi casa. Sigue pulsado el pause.
Hoy ya es otro día, otra semana, y aunque podría ser otro mes, por desgracia, continúa marceando. Dicen que serán los últimos coletazos. No me fío. Es como si el tiempo, tanto el metereológico como el compuesto por horas, minutos y segundos, se resistiera a avanzar, todo lo más lo intenta, pero a la vuelta de un instante, retrocede, busca el origen, quizá porque ahí es donde debemos viajar todos tarde o temprano, al origen de la tormenta, al como y cuando empezó todo y así conocer de una vez por todas el precio a pagar en taquilla. Y en paz.

sábado, 8 de mayo de 2010

Show

El sueño por fin vencía anoche al insomnio. Durante toda esta semana ha prevalecido la huída de la ensoñación y la presencia de los malos sueños, de las pocas horas dormidas. Preguntas sin respuestas y dudas futuras ocupaban mi cabeza nada más recostarla en la almohada. Solamente el cansancio de un viernes cualquiera ha podido con ellas. Plenamente recuperada, ahora solo espero que llegue la hora de celebrar una noche que llevamos preparando casi un mes. La ocasión lo merece. No puedo evitar sentirme incómoda ante algo que está demasiado organizado. Ahora que me había dado a la improvisación... y que encima me había gustado llevar a cabo, se impone de nuevo lo previsto, lo planeado, lo razonado. Nueva vuelta a lo anterior. Un nuevo retroceso, de lo que venimos hablando desde hace dos post. Qué más da! Es época de retroceder. Dejémonos llevar!. El show no tardará en comenzar. El telón ascenderá al mismo tiempo que la protagonista inicia su particular camino hacia una nueva vida y las co-stars (mucho más glamuroso en inglés) vuelven a darse a la noche madrileña, en busca, en busca, en busca... de dejar de buscar!

domingo, 2 de mayo de 2010

Retroceder

Ha dicho el hombre del tiempo que mañana marceará. Se refería a las temperaturas. Por lo visto, mañana aunque sea tres de mayo, en cuestiones metereológicas habremos retrocedido hasta marzo. Se ocultará el sol, las nubes se apoderarán del cielo, e incluso es posible que llueva. Entonces, ¿esto de retroceder de vez en cuando está de moda? Anoche volvió a sucederme lo mismo, el lugar en el que pasamos la noche y la compañía, me retrocedió a principios de febrero, cuando éramos cuatro las que no fallábamos ninguna noche: Yul, Beck, Nita y yo. Y en alguna ocasión pues iba sumándose amigos/as de amigas, como anoche. Creo que no retrocedí yo sola hasta principios de febrero. Estoy segura que también lo hizo, muy a su pesar, Nita. Ayer recibía un golpe bajo, sobre todo por lo inesperado, sobre todo por lo difícil de encajar. De nada valen en este momento los consuelos amistosos. Y menos las prisas sustitutorias. Hay que encajar el gol. Sí, el gol está metido. Pero no podemos olvidar que el partido dura en el peor de los casos 90 minutos. Y en el mejor... hasta 120!!! Qué se lo digan al Atlético de Madrid! Qué se lo digan a todos los atletistas... Qué si, qué sufrimos, pero cuantísimo saboreamos las victorias.... Porque sabemos mucho sobre perder batallas e incluso alguna que otra guerra, pero también sabemos lo que es ganar por duplicado, y porque hemos bajado al infierno, pero ahora estamos a punto de subir al cielo...

sábado, 1 de mayo de 2010

Costuras

En ocasiones es mejor no saber dónde ni con quién vas, porque de esa forma las cosas salen bien. Así me pasó anoche. Nemi nos aconsejó ir con ella a un concierto de un cantautor afamado. Y con ella fuimos Beck y yo. La noche me sorprendió. Sin embargo, hubo un momento, gracias a una canción, en el que retrocedí en el tiempo, justamente hace ya siete meses, cuando un sms me volcó el corazón, cuando una llamada significó más llamadas, cuando esas llamadas conllevaron a un nos merecemos volver a vernos, cuando ese volver a vernos supuso vivir la misma historia desde el inicio y por desgracia, hasta el final. Lo peor: que no se me olvida, que no se mueve de mi cabeza, que así es imposible avanzar, que aun sabiendo que así es mejor, casi hubiera preferido que antes me hubieran pedido opinión. Y quien sabe, a lo mejor así, incluso hubiera preferido que la historia no volviera a repetirse. Lo digo, por si en algún momento hay otra ocasión en la que vuelva a pasar, en que pueda volver a enviar otro sms, de esos que, como dijo anoche el cantautor afamado, te descosen las costuras.