sábado, 24 de abril de 2010

Testigo

El martes pasado tuve la oportunidad de echar la vista atrás, tanto como dieciocho años. Los mismos que aseguré ante un sacerdote, que conozco a Anel. Ser testigo de su boda no solo significa lo que todos tenemos en la cabeza que es la firma tras la asistencia al enlace. Supone contestar a una serie de cuestiones que tienen que ver con los contrayentes. Y la primera fue esa: el tiempo que conocía a la persona que me eligió como testigo. Pues... dieciocho años! La mayoría de edad y subiendo... Qué relación nos unía, cómo nos conocimos, que pienso de su actitud ante la vida, etc... Realmente un perfecto examen, muy adecuado a mi modo de ver, porque tal y como les dije a los futuros esposos al salir, sinceramente no me parece tan mal cuando se adopta por convicción la idea de casarse legal y católicamente. En la vida, para todo lo que tiene que ver con convicción, debería haber, al menos un testigo, alguien que sin pertenecer a tu familia, pudiera responder por tu personalidad, por tu manera de vivir, alguien que te hubiera acompañado en lo bueno y sobre todo, en lo malo, alguien que apueste por ti de todas todas, por muchos años y berrinches que pasen. Alguien que, pase lo que pase, siempre se sienta orgulloso(a) de haber sido tu testigo.

domingo, 18 de abril de 2010

Impresión

No estuvo nada mal, la verdad. No estuvo nada mal la noche de ayer. Qué bien le viene a una cambiar de vez en cuando de entorno. Yul y yo celebramos el cumple de Nemi con algunos de sus amigos y la verdad es que a mi me gustó mucho. La ausencia de la total confianza que ya mantenemos entre nosotras, hace que pienses, a veces en exceso, qué es lo que vas a decir, cómo lo vas a decir y cuando conviene decirlo, no vaya a ser que al final sea verdad eso de que la primera impresión sea la que queda. La concentración en la conversación del inicio de la cena, dio paso paulatinamente a una disminución de la prudencia conforme la noche avanzaba y la confianza se afianzaba. A estas alturas de la tarde del domingo, me queda una única duda, esa que siempre da vueltas a personas como yo, con exagerada cantidad de prudencia en nuestras venas: la impresión que se llevaron a sus casas, a sus vidas, si esa impresión nos permitirá a unos y otros volvernos a encontrar, si habrá más tras la noche de ayer, si habrá un paso más entre quienes ayer comenzamos a conocernos. Chi lo sà!

sábado, 17 de abril de 2010

Semana

Después de una semana de lo más alterada, se asoma un sábado un tanto incierto. El buen rollo con el que emprendí el lunes, tras haber visitado el cielo, pareció desvanecerse conforme pasaba la semana, siendo quizá el martes, espero que no por ser 13, el peor día con diferencia desde hace mucho tiempo. De pronto, parecía como si todo se hubiera confabulado en mi contra. Volví a notar a Saturno en mis propias carnes. Todo parecía complicarse por momentos. Creo que dí a todos los palos, o mejor dicho, todos ellos me dieron a mi. Realmente sentí volver al pasado noviembre, el mes más angustioso de todo el año 2009.
Aunque a partir del miércoles las cosas se fueron asentando, el viento volvió a soplar con fuerza ayer por la tarde. Sus desperfectos, aún se notan un día después. Por esto, no estoy muy segura de querer seguir avanzando, o sí, vete a saber, porque a lo mejor es cuestión de que se acabe la semana cuanto antes, esta semana, esta semana maldita... ¡maldita semana!

lunes, 12 de abril de 2010

Maravilla

Ayer estuve en el cielo. Solamente, de visita. Nada más que cuatro horas: de ocho de la tarde a doce de la madrugada. Qué lástima, como todo lo bueno, fue breve. La experiencia fue maravillosa! Cien metros cuadrados donde hombres ocupando más de una veintena de camas, daban la bienvenida a los que por primera vez atravesábamos las puertas del cielo. Paredes blancas, una pantalla gigante y música para que las señoras canten y hablen entre ellas, más música, esta vez electrónica y más música, esta vez, homenaje a Fangoria. Definitivamente, visité el cielo... Y me llevaron a la zona vip. A menos de un metro tenía la mejor compañía, la de Alaska. Más cerca incluso, la de algún que otro actor de la serie de moda y más cerca aún la de la actriz protagonista de la última peli de estreno en español. Definitivamente, visité el cielo... Lo mejor: no tenía que preocuparme de ligar. No había opción. Me encantó estar en la posición de vouyeur: observar como ligan entre ellos, perdón, entre ellas, es una experiencia, además, maravillosa. Cuánto tenemos que aprender los que nos consideramos heteros! Una mirada basta. Un aquí estoy pa' lo que tú ordenes, basta. Un quiéreme siempre. Y todo muy claro, transparente, vamos, como el agua porque....al fin y al cabo... Agua que no has de beber....dejala correr. Qué MA-RA-VI-LLA

sábado, 10 de abril de 2010

Nuevo

Por fin me tengo portátil nuevo. Se acabó tener que acordarme de encencerlo media hora antes de poder utilizarlo... La verdad, es que me está encantando teclearlo. No he parado de hacerlo durante toda la tarde. Es lo que pasa cuando algo nuevo cae en mis manos. Me recorre una ilusión por el cuerpo como si volviese a ser niña y no puedo dejar de palparlo.
Pero... en días se me pasa... Solo he de esperar unos días, acostumbrarme a su presencia, relativizar sus ventajas, comenzar a darme cuenta de sus inconvenientes para inmediatamente después traicionarlo - o traicionarme- pues siempre hay algo que vuelve a volverme loca y que acabo de ver en cualquier escaparate, camino del trabajo.
Estoy a punto de trasladar esta situación tan poco leal al ámbito de las relaciones personales y me da miedo pensar que eso también me esté pasando últimamente y por eso no me atreva a conocer más allá a nadie del sexo opuesto. Miedo a acostumbrarme a su presencia, a relativizar sus ventajas, a comenzar a darme cuenta de sus inconvenientes, para inmediatamente después... abandonar el intento, porque es como si lo nuevo al cabo de unos días en mi cabeza se desinflase.

domingo, 4 de abril de 2010

Ajenos

La última vez que reuní a mis amigas en mi casa, fue por motivos diferentes. Anoche nos volvíamos a juntar -algo había que inventar en mitad de una Semana Santa en Madrid-. Esta vez, faltó Beck, solo en presencia, por supuesto. Una vez repasadas todas y cada una de nuestras vidas y las de los ajenos que tienen la posibilidad de formar parte de nuestras vidas futuras, logramos decidir donde encaminarnos. La noche estaba difícil, ya que es la época en la que junto con agosto, falta más gente en la ciudad. A cambio, como también sucede en agosto, sostenemos visitas de lugares también ajenos. No entiendo muy bien como alguien ajeno, por ejemplo, de Zaragoza, puede cruzarse contigo al inicio de la Carrera de San Jerónimo y preguntarte, en plena Semana Santa ¿dónde va la gente un sábado en Madrid?. No entiendo muy bien como alguien ajeno, por ejemplo, de Zaragoza, pueda seguidamente pedirte sin más el número de teléfono. No entiendo muy bien como alguien ajeno, por ejemplo, de Zaragoza, pueda pensar que pudieras acceder a una proposición, vía sms. No entiendo muy bien qué les pasa a los alguienes ajenos, por ejemplo, de Zaragoza.

sábado, 3 de abril de 2010

Confe(u)sión

Fue todo inesperado. Pasé el jueves con Yul en Latina. Después de comer apareció Nemi. Me recordó a los viejos y buenos tiempos... Las tres hablando sin parar, sin parar, sin parar. Por la noche, Marise, aunque ella no lo crea, dio un paso de gigante. Y fue en el sitio donde si la paredes hablasen... Donde si no iba a ser... Horas después y con el día por delante, todo era confusión y confesión. Ella misma se decía y se maldecía. Todo, en un tono demasiado duro consigo.
Hoy sigue en las mismas; acabo de hablar con ella y no deja de dar vueltas a la cabeza a una situación que seguramente no será de la misma forma percibida por la otra persona, ni siquiera por ninguno de los que nos encontrabamos en el mismo lugar. Pero hoy, esta noche, tenemos la fórmula para cambiar el chip -Marise es fan de esta plabra-. Hoy volveremos a probar, a ensayar (como la digo yo), y al fin y al cabo a vivir el presente y olvidar el pasado, para estar en disposición de disfrutar el futuro.