domingo, 15 de diciembre de 2013

Posiblemente

Posiblemente esta sea mi última entrada del 2013. Volveré en el 2014, cuando otra nueva Navidad haya culminado. Me harto de decir que es la época que menos me gusta. No son buenos los recuerdos que acumulo de un tiempo que siempre se me ha dado mal. Quizá el peor recuerdo lo sitúo en el 2009. A partir de ahí ninguna ha sido buena. Las ha habido regulares, como la anterior, pero buenas, buenas ninguna.
Esta, la que se aproxima, se adivina muy parecida a aquella fatídica, al de ese 2009. Posiblemente porque es muy parecida la sensación que me recorre el cuerpo y sobre todo, el alma a ese 2009. Los hechos que desencadenaron el desastre son del todo similares a los que llevan ocurriendo este tercer y último trimestre de otro año que nos abandona.
Volveré, seguro, en el 2014. Con otro talante, espero. Con más fuerzas, deseo. Con alguna novedad, merezco.

sábado, 16 de noviembre de 2013

Embestidas

Ayer bajaban las temperaturas de golpe. Dicen los expertos que el cuerpo necesita un espacio de tiempo para adaptarse a este tipo de embestidas y que en este caso, no lo ha habido. Por eso notamos más el frío, porque el cuerpo todavía no está adaptado.
Sin embargo, para mi, este tipo de cambios bruscos me llenan de esperanza. Porque me hacen reflexionar sobre lo que aparece de golpe y sin dar explicaciones, te congela por dentro. Todo ello sin concederte un minuto para la adaptación. Por eso, esta tiene que estar dispuesta para que cuando llegue, entre en una cauta simbiosis con el cambio. Entonces lo que en un primer momento parecía que iba a ser dramático se transforma en un tránsito meramente convencional. De este modo, el golpe no resulta tan fortutito como se esperaba y la vida continúa en perfecta armonía.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Remedios

"Suelo no desear muy fuerte los deseos, aunque tengo deseos". Esta frase la escuchaba esta mañana en boca de Álvaro Pombo y me hacía pensar en que esa sea quizá la fórmula para no sentir tanta ansiedad cuando no llega lo que deseas: desearlo con mayor debilidad, con más flojera, con menos interés. Todo para que la decepción sea amortiguada antes del golpe que la espera.
No dejo de buscar remedios útiles ante el paso del tiempo en silencio. Dejé de buscar respuestas porque me llevaban a encrucijadas difíciles de superar y porque el dolor era inaguantable. Ahora quiero remedios. Me es igual si son caseros, alternativos o químicos. Lo que necesito es que funcionen.
Este va a ser el primero que pruebe: continuar deseando deseos pero hacerlo con menor intensidad. Probaré si funciona y si es así, lo recomendaré. Palabra que lo haré.

domingo, 13 de octubre de 2013

Callejón

Dicen que cuando mirando hacia todos los lados, sigues sin ver la salida, debes dejar de buscar y poner las decisiones en manos del destino.
Sucede cuando ante varias posibilidades, tu mente fabrica varias soluciones pero cuando llega la hora de la verdad, nada se cumple, a excepción de aquello de lo que huías.... la incertidumbre.
Y entonces toca lo de siempre... esperar. Esta vez, en un callejón con una única salida, precisamente la que vislumbraste cuando hace un año te embarcabas en algo que sabías que acabaría como está a punto de hacerlo.
Mientras tanto, el alma se rompe, pero siempre de manera silenciosa, por eso, utiliza al cuerpo para que dé las señales oportunas: primero, sufre el estómago, porque se niega a digerir, después los mismísimos ovarios te recuerdan que una nueva decepción ya es imparable y por último, la garganta, dolor provocado por el  miedo a decir lo que piensas, cada vez que consideraste que debías haberlo hecho, pero no lo hiciste. Callar fue el principio del fin. Un fin que se acerca. Un dolor que acecha sin detenerse a escuchar.

sábado, 14 de septiembre de 2013

NADA

Si me hubieran preguntado qué es lo que quería cuando empezó el verano, hubiera respondido de manera muy directa: que acabara.
Lo hubiera dicho porque pensaba que tras esos meses de calor y color, todo volvería a su estado natural y sería la oportunidad perfecta para iniciar nueva etapa.
Sin embargo, yo no contaba con lo que para ello iba a necesitar: un acercamiento, un 'sigo aquí', un 'vamos a ver qué pasa'. Pero no. No habido nada y por eso, tras el calor y el color, nada ha vuelto a su estado natural. Más bien se ha quedado en ese primer término: NADA.
Pese a todo, mejor dicho, pese a NADA, el pensamiento no deja de jugar al tú sí que vales y por eso no permite ni una sola seña por la que se pierda de vista a la a veces, insoportable, dignidad.
Y así, el tiempo va pasando y lo que es peor.... pesando!

domingo, 28 de julio de 2013

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Difícil ponerse a escribir después de tantas semanas ausente. A las espaldas un familiar menos y una decepción más.
Una semana más que complicada me lanza a vomitar la tristeza palabra por palabra.
Pausa para pensar..................................................
Lo sé. No tengo derecho a quejarme, pero lo hago porque lo que podría ser no acaba de serlo y de eso ya casi han pasado diez meses. Los pasos adelante no terminan de disfrutarse por el temor a que se den en cualquier instante hacia atrás.
Y silencio................................................................
Vuelta a la rutina. Puede que este caso, en este año, en este verano infernal, por primera vez en toda mi vida laboral, sin descanso. Esto sí que me deja sin fuerza...............................................
De frente, otro continente, un viaje de siete días y ocho noches.
A la espalda, lo mismo de siempre, lo que podría ser y no acaba de serlo.
Decepción..........................................................

domingo, 5 de mayo de 2013

Futurible

1. El pasado debe quedar a un lado. Entorpece
2. No es solo quién parece. Hay más. Más poder, más dinero, más ayuda. Más que hacer.
3. Volverá y lo veré como es en realidad.
4. Debo mostrar más qué y cómo siento. Sin prisa pero sin pausa.
5. Estoy en su pensamiento pero hay más personas. Una de ellas, quizá, lleve el mismo tiempo que yo, [esto es lo que más duele]. O quizá, está por aparecer.
6. Habrá otro. Habrá convivencia. Habrá incluso, descendencia. [Como me cuesta escribirlo, por Dios].
7. Cuidado con la espalda y las piernas. Son mis puntos débiles.
8. Posible oferta aunque no se haga del todo realidad.
9. Repito: habrá descendencia.
10. Repito: debo mostrar más qué y cómo siento.

domingo, 28 de abril de 2013

Vértigo (II)

Hay domingos que por unas cosas o por otras es lo que siento. Se dispara cuando los ánimos no son ni mucho menos positivos, sino todo lo contrario. No se trata del vértigo típico que sientes cuando crees que algo va a pasar. Que va. Tiene que ver precisamente con lo contrario: estas casi segura al ciento por ciento que no pasará lo que quieres que pase.
Vértigo a quedarte como estas. Una sensación que últimamente se acumula y que empieza a hacer su aparición tras la noche frustrada de un viernes cualquiera. La noche del sábado no lo mejora y el domingo se transforma en .... vértigo. A una semana anodina, sin ni siquiera la etiqueta de primaveral. Anuncian nubarrones profundos... también en el cielo.

sábado, 27 de abril de 2013

Preguntas

Las repuestas llegaron. Eso sí, tan solo a medias. pero No. Grises por encima de blancos luminosos y negros tenebrosos. Quisiera pero seguramente no pueda. Me quedo como estoy gana al arriesgo todo al rojo. En esas estábamos cuando llegó un nuevo parón.
Pero este sí que hunde. Los días sin noticias se acumulan y llegan nuevas preguntas. Aunque gana una sobre todas: ¿Por qué se repite? La misma circunstancia. El mismo comportamiento. No hay quien lo entienda. O quizá: No estoy dispuesta a entenderlo, otra vez.
Ahora hay que prepararse por si hubiera que recomponer trocitos, por si fuera necesario reiniciar por enésima vez el alma o por si por muy duro que pareciese no volviera a suceder. Pero también hay que prepararse para lo contrario, por si volviera a suceder. Para entonces hay que estar preparada y dejar claro que el o el No, no puede llevar entremedias el 'pero' porque sencillamente ... hunde.

domingo, 17 de febrero de 2013

Respuestas

Puede que el anuncio de donettes, aquel que dice algo así como que si lo que esperas no pasa, algo mejor pasará, sea el principio del conformismo. Pero también puede que sea la realidad vista desde la óptica de lo que más te conviene. Yo siempre lo he querido ver de ese modo. El tiempo me dio en numerosas ocasiones la razón. Pero lo peor es aguantar ese tiempo. Porque durante esos días, esos meses, e incluso, esos años, no hay respuestas. Tan solo preguntas. Y estas, me refiero a las preguntas, agotan a cualquiera.
Resulta entonces que cuando llegan las respuestas, no sabes si te conviene disfrutarlas o entrar otra vez en el bucle que explicaba al inicio de este post. Por eso, reclamo una fórmula mágica para soportar ese tiempo en el que descubres que lo esperado no ha pasado y esperas que la respuesta sea porque pasará algo mejor. Un remedio que remita la angustia de sentirse perdedor, un consuelo ante la frustración inesperada, una píldora que alivie los síntomas interrogativos.

domingo, 10 de febrero de 2013

Alrededor

Hay un sitio nuevo, al que solemos ir frecuentemente desde finales de verano. No está mal, siempre y cuando no haya demasiada gente, como anoche. Es un espacio esperanzador para mi. Donde me siento confortable porque los y las de mi alrededor son tan poco jóvenes como ya lo voy siendo yo.
Lo contrario, estar en un lugar donde los y las de mi alrededor son más jóvenes, mucho más jóvenes que yo, me agobia. No puedo controlarlo. Es como si algo se introdujera en mi cabeza sin mi permiso y me dijera en mi cara que todos y todas las de mi alrededor tendrán más oportunidades de las que a mi me quedan. Y eso me... asfixia.
Ante esa desazón, lo único que me permite volver a respirar es salir al día siguiente por un sitio como el de ayer... esperanzador.

sábado, 9 de febrero de 2013

Juntas

Ha vuelto a ser una semana complicada. Menos mal que conforme acababa el viernes y comenzaba el sábado, la cosa ha ido cambiando. Todo por dejarse llevar ante lo imprevisto. Me declaro, desde anoche, absolutamente fan de eso, de lo imprevisto.
Con unos planes definidos, nos dispusimos a encontrarnos con otra noche más de viernes, Yul, Beck y yo. Alguien nos ofreció la posibilidad de hacer una parada y cambiar nuestro rumbo. Nada nos impidió probar, pues de todas las experiencias que acumulamos, las más positivas que recordamos son aquellas que nacen de planes ajenos. Así que, de nuevo, nos dejamos llevar.
El resultado fue de un notable alto y eso, quieras que no, nos da la confianza suficiente en que juntas, podemos y además, podemos siempre con más de lo que creemos.

domingo, 3 de febrero de 2013

Cabreo

No me había pasado nunca que después de una conversación de menos de veinte minutos con un tipo desconocido me cabreara hasta el punto de durarme todo el fin de semana.
Es lo que tiene pensar que quien nada puede hacer porque un 'hasta que la muerte os separe' se lo impide, se lance al ruedo sin ningún escrúpulo. La sola idea de ponerme en el lugar de la otra parte, me hace sentir dolor. Quizá por eso jamás logre estar en el otro lado... Me ha todado vivir en esta parte para darme cuenta de que lo que, a lo mejor añoro, no es para tanto. Todo depende de con quien merezcas estar y cómo merezcas estar.
Sí que puede entonces tener sentido aquella frase que escuché una vez que decía que solo viene el amor que creemos ser capaces de merecer. Duele leerlo, duele escribirlo, pero más duele asumirlo. Prometo hacerlo.

sábado, 2 de febrero de 2013

Decepcionante

Es mi palabra de la semana. Casi, casi, mi palabra de honor. Califica la situación en la que me encuentro una vez más y también el modo en el que se proyecta delante de mis narices este comienzo de año. Un mes' horribilis' que acaba de terminar con la esperanza de poder continuar la dinámica del último trimestre del 2012.
Sin embargo, entre tanto y tanta decepción, noto desde ayer, primero de febrero, que se está despertando una sensación de que se aproximan novedades. Quizá quede solo en eso, en una sola sensación. Por si acaso, me he aferrado a ella desde que anoche la noté queriéndome mostrar un poco de confianza en mi misma, mostrándome el pasado: las veces que me caí, me levanté. Con heridas, es verdad, pero a punto de supurar y curar definitivamente.

domingo, 27 de enero de 2013

Realidad

Hay algo que puedes hacer cuando no estas conforme con tu realidad. Cuando te cargarías tu presente de un plumazo o elegirías dormir y que te despertaran cuando las cosas hubieran dado un giro, aunque solo fuera de cuarenta y cinco grados, eso sí, en positivo.
Lo que puedes hacer es asomarte a otras realidades. Observarlas detenidamente de frente. Examinarlas, perderte entre sus miradas, profundizar en sus rasgos, interiorizarlas y asumirlas como parte de un mundo del que también tú formas parte.
Hoy es uno de esos días. Esta tarde tengo la intención de visitar esas otras realidades que alguien/es fotografiaron sin mucho menos saber, que muy problablemente, en este domingo, me hagan volver con la brusquedad necesaria y de una vez por todas a mi realidad, una de tantas, una de las menos importantes.

domingo, 20 de enero de 2013

Circunstancias

Me paso la vida pensando que tal o cual cosa puede repetirse, darme suerte, quitármela, etc. Imagino un cuadrante en el que el presente se formula dependiendo de lo sucedido en el pasado. Si algo ha sucedido de una determinada manera, pienso que volverá a suceder si logro crear las mismas circunstancias que existían en el momento que sucedió. Es de locos. Como si precisamente a mi no me hubieran sorprendido jamás las circunstancias con el pie cambiado...
Pero una es de determinada manera y cambiar a estas alturas parece ser misión imposible. Hasta que esta situación me cansa y entonces rompo con las normas establecidas, suponiendo que eso dará lugar a ser yo la que pille entonces a las circunstancias con el pie cambiado...
Sin embargo, nada llega a pasar. Es así como pienso que hay algo más que domina tanto las circunstancias como los lugares a los que nos llevan nuestros propios pies. Para qué entonces complicarse, hacer y deshacer circunstancias, cambiar o no de pie.

sábado, 19 de enero de 2013

Y...

Me ha costado reengancharme a este 2013. No hay ilusión. Sucede cuando después de caer, te ayuda a levantarte el mismo que te tiró al suelo. Y sucede cuando lo vuelve hacer.
La segunda vez por los suelos es más difícil de digerir, más que nada porque en esta ocasión, la cabeza manda más que cuando pasó la primera vez. Y duele cuando lo vuelve hacer.
El dolor se intensifica según avanza por el interior del cuerpo, llegando a preocupar a su dueña, aún resentida por la última de sus frustraciones. Y decepciona cuando lo vuelve hacer.
Reiniciar constantemente tiene gracia cuando es algo puntual pero deja de tenerla cuando el sistema, incluso el del reinicio, comienza a fallar. Y desconsuela cuando lo vuelve hacer.
Castigarse no es la solución, aunque sea lo que apetezca. Y prefiero cuando NO lo vuelve hacer.