domingo, 9 de noviembre de 2014

Preguntas (2)

¿Qué es lo que detiene a alguien para no hacer lo que prometió llevar a cabo? ¿Por qué se dice que se va hacer algo y luego no se hace? ¿Cuál es el mensaje a descifrar cuando esta situación se repite hasta en tres ocasiones seguidas?
Son las preguntas que me rondan la cabeza desde hace casi dos meses. Porque hay comportamientos que no entenderé nunca, porque me cuesta conocer cómo piensa y mucho más cómo actúa el sexo masculino. Pero lo que más me cuesta conocer es el significado que puede haber en algo que no sucede. Quién se ocupa de esta inacción y por qué. Más bien, en el orden inverso: me interesa saber antes el por qué.
Ahí debe estar el quiz de la cuestión, el tantas veces... no te convendrá, el ya te dirá el futuro por qué no pasó, el no te preocupes por lo que no pasa, porque todo tiene un sentido y lo sabrás a su debido tiempo.
¿Cuánto dura ese 'debido' tiempo? ¿Nunca es 'indebido'? ¿Seguro que lo sabré? ¿Cuál es el mensaje a descifrar después de saberlo?
Preguntas, preguntas, siempre preguntas. ¿Para cuando las respuestas?

domingo, 19 de octubre de 2014

Enmendar

Este año, nada está siendo como se esperaba. Tampoco las dos veces que he intentado enmendar mi conducta. La respuesta ha sido la misma: silencio. Pero... ¿para siempre?
Cuando sucede al revés, quiero decir, es a mí con la que contactan para enmendar, siempre lo valoro. Por la valentía de acercarse y el coraje de soportar cualquier respuesta. Incluso el silencio. Por esto de valorarlo, siempre respondo. Aunque me quede rencor, siempre respondo. Por respeto a ese coraje, siempre respondo.
Sin embargo, el respeto, una de las palabras más de moda en estos tiempos que corren, es el que me limpia la conciencia. Sí, yo mereceré el silencio, pero tú, tú ni siquiera tienes respuestas a la medida de mi acercamiento. Revisa tu conciencia, porque ahí suelen estar las respuestas. Cuanto más limpia la tengas, antes las encontrarás.

domingo, 12 de octubre de 2014

Boicoteo

Dos días llevo reflexionando sobre la posibilidad de que de manera inconsciente boicotee nuevas amistades/relaciones que huelo que pueden ir a más.
Siempre he pagado un alto precio por decir la verdad, pero siempre lo he preferido a contar mentiras/mediasverdades.
Las afirmaciones anteriores mezcladas dan como resultado gente que sale y entra por temporadas de mi vida. Cuando la cosa se pone fea, por eso que acabo de decir de contar verdades, salen como si el daño fuera irreparable; sin embargo, el tiempo y el silencio, dos de las medicinas más recomendables en asuntos del corazón, ponen las cosas en su sitio y lo que ayer parecía irreparable, hoy tiene una solución tan fácil como es volver a tocar la misma puerta.
La duda que me queda y que espero resolver esta misma semana es si en el modo viceversa se gestiona de la misma manera.

sábado, 4 de octubre de 2014

DeVuelta

Los cambios que suceden poquito a poco son los que se quedan para siempre. Lo intuyo. Los cambios radicales siempre acaban mal. Lo experimento. Para adaptarse, los peores son los primeros porque en el caso de los segundos ni tiempo te da hacerlo.
A la gente suele ocurrirle lo primero y a mi lo segundo. Me gustaría que alguien me enseñara a no tomar decisiones tan racionales, a no ponerle tanta mente a la vida, a dejar que suceda y a pensar en lo que me viene bien a mi antes que al otro, a las circunstancias y sobre todo a no buscar excusas para decir no antes que un tal vez, a abrir una ventana antes de cerrar la puerta.
No conseguir aprender esto, conlleva la peor de las consecuencias: estar siempre volviendo al mismo lugar, estar instalado en el modo DeVuelta. Un lugar en el que debe ser que me siento cómoda porque cuando estoy a un paso de dejarlo atrás, la razón me autoempuja a volver al lugar que tan solo abandoné por unas horas, unos días, o en el mejor de los casos, unas semanas. Como ahora mismo: Aquí estoy otra vez, DeVuleta.

viernes, 1 de agosto de 2014

Agosto

365 días esperando este día. Y por fín, llegó. Por delante, un mes variado, la mayor parte de él en otro lugar, con otra gente y en otro idioma. Detrás, meses de madrugones, últimamente imposibles de soportar, y de angustias también variadas.
Desconexión necesaria aunque este año sinceramente, demasiado radical. El momento en el que lo decidí fue uno de los peores del primer semestre del año. De ahí la radicalidad de la decisión.
Sin marcha atrás, prefiero plantearme los veinte días que estaré fuera, muy fuera de mi entorno, como un reto más por cumplir; veremos si a la vuelta, se trata de un reto más, cumplido.
Por desear... comodidad, aprendizaje sin mucho coste intelectual y descanso. Para comprobarlo, no queda otra que ir haciendo la maleta sin olvidarme de colocar entre la ropa, varios kilos de coraje y entre los zapatos, varios gramos de felicidad, y así ir vestida por fuera como me gustaría estar por dentro.

domingo, 22 de junio de 2014

Ganas

Tengo ganas de que lo que parezca, sea. Ganas de que lo que viene, se quede. Y de que lo que no sirve, ni siquiera llegue.
Tengo ganas de que el tiempo pague mis sacrificios. Ganas de que el silencio se vengue con alegría. Y de que la vida me devuelva, eso mismo, vida.
Tengo ganas de que un día sea el día. Ganas de que las horas sean algo más que minutos estresantes. Y de que un segundo sea el segundo de mi vida.
Tengo ganas de que no me dejen cerrar las puertas. Ganas de que las ventanas se abran solas. Y de que el viento entre con oxígeno nuevo y limpio.
Tengo ganas de que pase lo que tenga que pasar. Ganas de que al pasar fortalezca lo poco o mucho que queda. Y de que lo constante sea lo bueno y sobre todo que lo bueno nunca se vaya.

domingo, 18 de mayo de 2014

Resurrección

Siempre digo que el momento peor de una crisis personal tiene lugar cuando no se acaba de bajar a los infiernos. Cuando sientes el calor, el olor, el fuego, pero no acabas de profundizar en sus entrañas. Evitarlo no es más que aumentar la agonía. Ahí es cuando necesitas la ayuda de alguien que te empuje definitivamente con una mano y te ofrezca la otra para alcanzar el primer escalón hacia la luz.
No se debe tener miedo al agujero por muy oscuro que esté. Porque solo siendo consciente de encontrarte allí, serás capaz de dar tus primeros pasos hacia la vida. Se trata de una resurrección en toda regla. Morir a trocitos para componerse mientras se desea vivir con más fuerzas que nunca.
A esto solo enseña las duras decisiones, las incómodas experiencias, la verdad y el conocimiento. Todo lo demás es posponer la caída, la llegada al infierno y por lo tanto, retrasar la resurrección.

domingo, 20 de abril de 2014

Precio

Como si de una premonición se tratara, el anterior post anunciaba el posible precio a pagar ante el último riesgo corrido. Pues bien, en esa etapa nos encontramos.
No por anunciado, ni siquiera por esperado, está siendo menos doloroso. Todo lo contrario. La culpa no deja de hacer de las suyas preguntándome si debí pararlo antes de dejar que sucediera, si debí actuar de la manera contraria a la que lo hice y sobre todo por qué vuelve a repetirse una y otra vez la misma historia breve en mi vida.
Harta de escuchar la cantinela de siempre con el estribillo pegadizo 'todo pasa por algo', cuando no queda más remedio que estallar, hay que dejarse llevar y hacerlo, aunque pille en plena Semana Santa.
Hoy acaba, me refiero a la Semana Santa.  A lo otro, por la experiencia que sin yo quererlo me persigue, le queda mucho por llorar.

domingo, 30 de marzo de 2014

Riesgos

Me doy cuenta de que estoy al límite cuando necesito reprogramarme. Lo llamo así porque se trata de probar de nuevo tanto mis aptitudes como mis actitudes. La última vez que lo hice fue el sábado pasado. El único problema fue que no calculé del todo bien los riesgos. Quizá me concentré demasiado en la obtención de resultados positivos. Me obsesioné y los riesgos comenzaron a tomar forma de peligro al día siguiente.
Casi inimaginable pero real. Ahora bien el presente, tal y como yo quería, cambió. Sin embargo, aún  no está calculado el precio. Soy consciente no solo de que lo estoy pagando sino que además la cuenta será costosa de saldar.
A mes y medio de una desgracia de ese tamaño, cualquier cosa puede suceder. La reprogramación se puso en marcha el sábado pasado. Valorados los riesgos. Asumiré el precio a pagar. Ni más ni menos.

domingo, 23 de febrero de 2014

Medioabierto

Hay semanas que de largas parecen eternas, días que parecen estirarse hasta el infinito y horas que juraría que sobrepasan con mucho los sesenta segundos que siempre nos han vendido. Todo lo anterior se cuadruplica cuando tu presente sin saber por qué empeora.
Me refiero a esas ocasiones en las que tu actitud es la de 'a mi que me registren' mientras que tu mundo es avasallado desde cualquier flanco. Ni tiempo te da a recuperarte, sobre todo, porque hay una continua sensación de hacer las cosas mal sin ser consciente del proceso pero sí y mucho del resultado.
Si hacemos caso a aquello de que 'de todo se aprende', el relax se hace hueco a tanto bloqueo irracional. Eso sí, siempre con el ojo medioabierto por si de nuevo vengan dando no vaya a ser que de nuevo te pille 'con el pie cambiado'.

sábado, 1 de febrero de 2014

Sirvió

Llevo un año y pico pensando que me gusta mucho más salir de marcha los viernes que los sábados. La gente, los locales, las copas, etc... todo parece diferente. Tiene un color especial, como Sevilla. Y la noche de ayer me lo confirma.
Se respiraba ganas de desconectar, de respirar otro aire, de completar confesiones que se habían quedado reposando en el año pasado. Todo unido dio lugar a una noche la mar de divertida, de estas noches que una cosa acaba llevando a la otra y que te encuentras a deshoras compartiendo copas con dos desconocidos como si de tus mejores amigos se tratara.
La noche de ayer viernes, sirvió. Sirvió para ver otras posibilidades, para abrir la mente y para completar círculos que se abrieron a principios de diciembre y que cumplieron su meta.
Queda por delante todo febrero, con cuatro viernes más.... Veremos finalmente en lo que quedan.

domingo, 26 de enero de 2014

Vivir

Ayer tocó tarde de teatro. Como si de un espejo se tratase, la obra Confesiones de mujeres de 30 te devuelve las experiencias en las que cualquier mujer soltera más cerca de los 40 que de los 30 se ha visto inmersa en más de una ocasión. Si antes era la fama la que costaba y por lo que había que sudar, hoy en día lo que cuesta sudores y lágrimas es vivir plenamente la soltería. Cuesta porque siempre hay quién reclama explicaciones. A lo que yo siempre digo que quién hace eso es porque su vida no le basta y eso sinceramente si que es triste. Por eso hay quien teniendo una vida aparentemente plena, quiere que le cuentes como va la tuya, porque justamente esa es la que le mola. El ir y venir de gente en tu vida, el tirar hacia adelante con la mejor de tus sonrisas, el tener opciones como el o ella y descartarlas, y un sinfín de aventuras que jamás estarían dispuest@s a vivir y perderse así la normalidad de la gente normal. Pero no se dan cuenta que la normalidad no existe y que solo hay una vida. Si te la pierdes o la intercambias por la normalidad, no ganas, ni siquiera empatas....sino que permaneces en el rincón del esto es lo que hay, en el que la gente normal y reza porque llames a su teléfono y le cuentes tu último fin de semana.

sábado, 11 de enero de 2014

2014

No me equivocaba al advertir en la última entrada de 2013 que la próxima vendría con el cambio de año. Hoy llevamos 11 días exactos del año 2014. Diciembre fue a mejor conforme cambiamos de quincena. Mejor no significa perfecto. Era sencillo que fuera mejor porque se partía de un lugar profundo y oscuro. Poco después llegaba la luz, pero no aquella intensa de mediodía, sino la que nace con el amanecer, cuando el día quiere abrirse paso pero la noche se resiste a que lo haga cómodamente.
Y en ese amanecer estamos. En el que aunque en su momento se adivinaba un día estupendo, no acaba de definirse del todo y al final no se sabe si saldrá el sol o por el contrario el cielo volverá a cubrirse de nubes.
A esta indefinición se une el cansancio instalado más en el alma que en el cuerpo por haber soportado más días de nubes que de sol; por lo que el miedo se cuela entre las rendijas de las heridas aún sin cicatrizar. El cóctel acaba siendo cuando menos, difícil de digerir.
Mientras tanto .... 2014 llegó.... veremos si al final podemos decir que ..... venció