viernes, 1 de agosto de 2014

Agosto

365 días esperando este día. Y por fín, llegó. Por delante, un mes variado, la mayor parte de él en otro lugar, con otra gente y en otro idioma. Detrás, meses de madrugones, últimamente imposibles de soportar, y de angustias también variadas.
Desconexión necesaria aunque este año sinceramente, demasiado radical. El momento en el que lo decidí fue uno de los peores del primer semestre del año. De ahí la radicalidad de la decisión.
Sin marcha atrás, prefiero plantearme los veinte días que estaré fuera, muy fuera de mi entorno, como un reto más por cumplir; veremos si a la vuelta, se trata de un reto más, cumplido.
Por desear... comodidad, aprendizaje sin mucho coste intelectual y descanso. Para comprobarlo, no queda otra que ir haciendo la maleta sin olvidarme de colocar entre la ropa, varios kilos de coraje y entre los zapatos, varios gramos de felicidad, y así ir vestida por fuera como me gustaría estar por dentro.