Por lo visto, es culpa de Mercurio. La afluencia de conflictos en esta época del año es culpa de otro planeta. Todavía recuerdo las malas jornadas que pasé el año 2010 por el dichoso Sarturno y ahora resulta que despediremos el 2011 con Mercurio frente a signos como el mio. Los efectos se han dejado notar y mucho durante todo este mes, que apenas comenzamos hace una semana. Conflictos varios y de variados motivos me han tenido y previsiblemente me tendrán, alterada, los próximos días.
Si difícil es encontrarse con el destino cada amanecer, la historia parece complicarse cuando tienes a Mercurio frente a tu signo. Es entonces en el momento que cualquier conflicto puede suceder, de mayor o menor grado, pero conflicto al fin y al cabo.
En esas estábamos esta semana cuando me pregunté que era lo que podía suceder ante tanta discusión a mi alrededor, ante tanta tensión imposible de disimular, ante tanto colapso inmediato e imprevisible. Lejos de la casualidad, los astros siempre tienen la respuesta. Y con su respuesta, llega la calma, al menos, hasta el próximo conflicto.
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