No me había pasado nunca que después de una conversación de menos de veinte minutos con un tipo desconocido me cabreara hasta el punto de durarme todo el fin de semana.
Es lo que tiene pensar que quien nada puede hacer porque un 'hasta que la muerte os separe' se lo impide, se lance al ruedo sin ningún escrúpulo. La sola idea de ponerme en el lugar de la otra parte, me hace sentir dolor. Quizá por eso jamás logre estar en el otro lado... Me ha todado vivir en esta parte para darme cuenta de que lo que, a lo mejor añoro, no es para tanto. Todo depende de con quien merezcas estar y cómo merezcas estar.
Sí que puede entonces tener sentido aquella frase que escuché una vez que decía que solo viene el amor que creemos ser capaces de merecer. Duele leerlo, duele escribirlo, pero más duele asumirlo. Prometo hacerlo.
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