Hay domingos que por unas cosas o por otras es lo que siento. Se dispara cuando los ánimos no son ni mucho menos positivos, sino todo lo contrario. No se trata del vértigo típico que sientes cuando crees que algo va a pasar. Que va. Tiene que ver precisamente con lo contrario: estas casi segura al ciento por ciento que no pasará lo que quieres que pase.
Vértigo a quedarte como estas. Una sensación que últimamente se acumula y que empieza a hacer su aparición tras la noche frustrada de un viernes cualquiera. La noche del sábado no lo mejora y el domingo se transforma en .... vértigo. A una semana anodina, sin ni siquiera la etiqueta de primaveral. Anuncian nubarrones profundos... también en el cielo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario