sábado, 24 de marzo de 2012

Incoherencia

Reivindico la incoherencia en lo emocional, en donde el corazón pesa más que la razón. En esos momentos, vale ser confusa, desdecirse, contradecirse, etc... Vale ser incoherente. La coherencia se deja para los asuntos racionales, para los días laborables, para cuando no te queda más remedio que pensar modos y maneras de seguir viviendo, a pesar de esta crisis económica que nos tiene sumidos en el más absoluto de los pesimismos.
Para pensar así, debes haber sentido, aunque sea después de habertelo negado millones de veces, deben haberte tocado lo emocional. Y solo cuando eso sucede y te escuchas intentando sin conseguirlo explicar tus actitudes incoherentes, entonces reflexionas y vuolà: no pasa nada. Es la incoherencia que se permite. Y se permite porque no tiene nada que ver con lo racional. Merece un espacio diferente, junto con los sentimientos. En ese lugar, se puede ser contradictorio. Es más, se debe. ¿Por qué? Porque esa actitud será la señal que nos despierte del letargo coherente para vivir otras sensaciones, para abrirse a nuevas experiencias. Por eso, bienvenida sea la incoherencia.

sábado, 10 de marzo de 2012

Universo

Nunca el final de un capítulo de una serie que veo habitualmente había sido tan clarividente: el universo siempre te sitúa donde debes estar. Por mucho que te empeñes, él es el que manda. Si en algún momento está de acuerdo con tus propósitos, te lo hará saber tan inmediatamente como en el momento que contradigas su intención. Entonces, te recoloca y te recomienda que lo aceptes. Porque no hay otra. Porque él es el que manda, claro está que por tu bien.
La explicación quedó completa, volviendo el viernes del trabajo. En el trayecto leí la siguiente frase: ante una muralla, un paso atrás ayuda a encontrar la brecha. Impresionante. El paso atrás como actor principal, revalidado y optimizado. Sí es posible, e incluso es recomendable optar por bajar el escalón que, quién sabe, si precipitadamente, subiste en su día, antes de continuar con los peldaños que quedan hacia la cumbre. Retroceder o bajar, no es de fracasados sino todo lo contrario, es de valientes. No hay prisa por llegar. Lo que te espera, estará allí hasta que tú llegues, por muy tarde que sea. Aguardará porque el universo es consciente de que todavía quedan muchos pasos atrás que dar y muchas brechas que curar.

sábado, 3 de marzo de 2012

Claroscuros

Claroscuros son los momentos en los que cuando todo parecía estar claro, de repente, sin saber el porqué se difumina y pasando rápidamente por el tono grisáceo, el oscuro llega para quedarse.
Los claroscuros son víricos, lo son porque no suelen aparecer una sola vez sino que tras la primera ocasión que tienen, permanecen latentes en el organismo con la idea de hacerse presentes cada vez que pueden o quieren.
La situación entonces deja de ser discutible para ser expuesta unilateralmente utilizando la frialdad y la lejanía a partes iguales. Lo conseguido deja de ser interesante. Lo luchado comienza a hacerse demasiado pesado. La claridad se torna sin más remedio en oscuridad. Y después, lo de siempre... el silencio.
De todo esto, lo más relajante, es que de tantos claroscuros sufridos, una ya tiene el antídoto perfecto, la pócima adecuada para que lo antes posible deje de escocer: unas cuantas nuevas gotitas de ilusión. Cuesten lo que cuesten, sin por supuesto, costar la dignidad.