domingo, 15 de mayo de 2011

Recomendación

Tras la crisis alérgica que viví el martes, el cumplimiento de las recomendaciones médicas me han hecho flotar durante toda la semana. Los anteriores cinco días los recuerdo, solo en parte. Se encuentran en medio de una nebulosa, donde las horas y los hechos se confunden con los días y las noches. Es lo que tiene seguir las recomendaciones médicas en plena privamera. Escoger la otra opción, quiero decir, la de no seguirlas, estoy segura que hubiera sido peor, incluso, irrespirable.
Sin terminar de estar bien del todo -por lo visto, eso no será posible hasta que no pase este mes cuya protagonista ineludible es la gramínea-, el cerebro va respondiéndome lento pero seguro y creo que a la misma vez que el resto del cuerpo. Y aunque los ojos continúan pesándome una tonelada, puedo mantenerlos abiertos la mayor parte del día. Lo que me da la esperanza de que de esta tambien sobrevivo. Es lo que tiene irse acostumbrando a sufrir cada cierto tiempo problemas que tienen que ver con los bronquios. Quizá sea su manera de rogarme su atención, de decirme que ellos son los que mandan y que si no los trato como reyes, bloquearán mi respiración. Prefiero pensar que no fuera una amenaza, sino una mera recomendación.

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