Comenzaba este mes horribilus en la zona de la Latina. Fue allí donde se me acercó el chico de la tele, el mismo que no paró de recordarme una y otra vez lo bien que olía mi piel. Tan entusiasmado parecía que solo media hora después de que él decidiera abandonar el local tras comprobar que no habría más tela que cortar, me temblaba el móvil por un sms de lo más pegajoso. Una fanta en una terraza cercana a su casa el martes siguiente y un par de sms, eso sí, mucho más light, ha sido todo lo que ha dado de sí nuestra relación.
Dos cumples celebramos el puente de San Isidro. En uno de ellos acabamos en el Causeway (cuánto podrían hablar sus paredes, sobre nosotras...). De nuevo, un colega profesional aparecía como espontáneo a mi vera. Demasiado facha para mi. La historia entre los dos terminó, donde según mi amiga Yul opina que debe acabar todo: en el mismo sitio donde empezó. Va por ella, no?.
Del resto del mes, poco que contar... una comunión lejos de Madrid me impidió seguir con mi rutina noctámbula, concentrando toda mi energía en gastos varios, de ahí lo del mes horribilus, a excepción, de mi asistencia al concierto de Fangoria, de lo más divino.
Eso sí, todavía queda una oportunidad. Hoy vuelve a ser sábado. Entonces, nos volvemos a ver mañana. Uf! Cuánta actividad bloggera...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario