sábado, 18 de diciembre de 2010

Retirada

Ha sido quizá mi profesión la que me ha llevado a sentir verdadera satisfacción cada vez que tras múltiples pesquisas averiguo lo que busco. Aunque por otro lado también me haya llevado, en ocasiones a sentir, verdadera frustación. Cuando rutinariamente persigues alguna información, como toda rutina de por medio, se transforma en un simple trámite. Y pasan los meses. Sin embargo, él trámite deja de serlo inmediatamente a la misma vez que saltan las alarmas. Cuando lo buscado y lo encontrado choca desafíadamente. Entonces lo encontrado cobra la importancia denegada hasta el momento en favor de la rutina.
Ante lo descubierto de esta manera, mi reacción siempre es la misma: retirada en combate. Al menos, por un tiempo. El suficiente para que se me olvide el vuelco de estómago con el que recibí la frustante novedad. Al menos, esta vez, hasta la primavera, estación en la que todo vuelve a florecer, incluso aquello que el crudo invierno pareció en primera instancia devorar, pero que más tarde dejó que fuera la propia naturaleza la que se encargara de su suerte.

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