sábado, 22 de enero de 2011

Gripe

Ha vuelto el frío polar. Y a mi me ha pillado con la gripe. Es una situación delicada, porque no solo sientes frío cuando sales a la calle, sino también cuando te concentras en tu interior. Es como si el tiempo metereológico, una vez más, me acompañara, en mi devenir. Frío en el exterior y frío, mucho frío, en el interior... tanto, que no ha tenido más remedio que salir hacia afuera en formato combinado de tos, moqueo y fiebre. Un cóctel perfecto para desprenderse de lo que en un momento determinado pareció querer arraigarse y que como en numerosas y repetidas ocasiones, por no se que mal (fario) prefiere abandonar. De nuevo, bon voyage!
Menos mal que existe el Frenadol Complex, por lo visto, el mejor alivio sintomático de los procesos gripales. Recomendado cada seis horas en los días primeros, por ser los más propensos a estados febriculares; en el momento de expectorar... todo solucionado, un sobre cada ocho horas y después uno al día. Y en esto me encuentro, expectorando, porque no, de ninguna manera quisiera que algún virus quedara atrapado en mi interior. Y es que en cualquier momento, llega la recaída y sinceramente, para tanto, para que se transforme en recaída, no ha sido... De esos, de esos virus, a estas edades solo permito uno, el que ya tiene su sitio, el que llegó para quedarse porque para eso ha sido el más chulo, el que nunca me pude merendar.

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