domingo, 16 de enero de 2011

Vouyeres

Anoche Marise se animó a salir con Yul y conmigo. Hacía tiempo que no nos veíamos, casi casi el mismo que no íbamos al garito de Gran Vía. Quisimos celebrarlo con un cócktel de brugalitos, carcajadas y bailes de toda época. El remate lo vivimos a la vuelta, cuando nos dirigíamos al coche de Yul que nos llevaría de vuelta a los aposentos de cada una, sin quererlo nos convertimos en auténticas vouyeres callejeras, que al más puro estilo del programa de la cadena Cuatro, comentamos lo que podría haber llevado a que dos jóvenes protagonizaran la escena que divisamos y oímos desde la acera de enfrente.
No deja de sorprender que el deseo se imponga a la vergüenza de ser descubierto y que, seguramente, por el contrario, sea eso mismo y el morbo que pudiera provocarlo, lo que impulse a satisfacerlo mejor más pronto que tarde.
Será que mis mejores deseos los he cumplido en la intimidad, será que siempre he tenido en mente aquellos veranos en los que no dejaban de transmitir a través de tv las escenas nocturnas que se grababan en las playas nacionales... Será que irremediablemente...voy haciéndome mayor.

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