sábado, 21 de enero de 2012

Cómputo

Tuve una conversación reveladora a mitad de esta semana. Alguien me dijo que es importante conocer el cómputo de la felicidad a la que debes aspirar. Que supone ser el resultado de la suma de momentos felices de tu vida, al margen de intensidades y de decepciones. Según el punto de vista de mi interlocutor, vivir un momento feliz por muy intenso que sea si supone una consecuencia parecida a la retahíla de siete noches en un mar de lágrimas, no merece la pena. El cómputo da negativo. Sin embargo, vivir un momento feliz en formato lineal con posibilidad de que se prolongue en el tiempo es lo correcto. Computa como válido en su original barómetro happy.
Su perspectiva me convenció hasta el punto de sentirme de nuevo orgullosa de las decisiones tomadas, sobre todo de aquellas en las que el 'no quiero esto' ha pesado durante días como una auténtica losa en mi cabeza. Ese 'no quiero esto' era la única puerta disponible hacia la felicidad que computa. Virar hacia el 'se que no quiero esto pero no me atrevo' hubiera significado la descalificación y por tanto la invalidez para computar en este termómetro vital sobre la felicidad vivida y por qué no decirlo, también merecida.

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