Quise probarle de nuevo. Elegí lugar y evento. Antes de reservar, se lo propuse por sms. Tardó varias horas en contestar, pero para también mi asombro, me confirmó la quedada. Incluso se ofreció venir a buscarme a mi casa. Sigo fascinada. Puntual me recogió y vimos el espectáculo.
Dicen que siempre hay un 'pero'. Esta vez también lo hubo. Tras la velada, se negó a subir a mi casa. Debo confesar que me sentí rechazada y un poco decepcionada. Sola, encima de mi cama encendía y apagaba la luz sin saber ni lo que estaba haciendo. No me apeteció ponerme el pijama, ni siquiera, lavarme los dientes. No me salían las lágrimas pero quería llorar: cómo no me había callado el ofrecimiento, me tenía que haber cosido la maldita bocaza. Encendía y apagaba. Encendía y apagaba. Encendía y... sonó un sms. Contundente, me decía que le había encantado la noche y que yo seguía pareciéndole muy, muy grande. ¿Grande?¿Muy, muy grande?¿No había otro halago? Tanta pregunta me sumió en una ensoñación particular, que otro día contaré.
Nemi, tras contarle mi historia, ha intentado animarme: 'yo creo que todo era estrategia, quería demostrarte que no siempre iba a quedar como antes, para sexo, no te rayes, está diciéndote con hechos que ha cambiado'. No sé por qué, pero no me lo creo.
Menos mal que esta noche tengo la intención de convertir mi sangre en alcohol. My sister se despide de su soltería. Mañana puede ser que vea las cosas de modo diferente, lo que es seguro es que las veré con resaca.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario