domingo, 7 de febrero de 2010
Genes
Si hay algo que me está empezando a entusiasmar es dejarme llevar. Cuando echo la vista atrás, me doy cuenta que justamente en la medida que no pienso en el después sino que me concentro en el ahora, es cuando todo empieza a encajar. Cuando reflexiono sobre las veces en las que he preferido no controlar la situación (pocas, desgraciadamente muy pocas), ha estado siempre mejor de lo que esperaba. Y sobre todo, cuando por cualquier circunstancia, decido pensar en mi antes que en cualquier otr@, es precisamente cuando se me concede el galardón. Algo así debió pasar anoche. Si alguien me hubiera soplado al comenzar la noche que acabaría charlando y bailando con el tipo más exótico del garito en el que los hombres están fabricados bajo el mismo molde, no me lo hubiera creído. Pues fue así. Tal cuál(ing), como diría Yul. La mezcla es perfecta: padre árabe, concretamente de Dubai y madre francesa, de Montpeliere. Modelo y decorador de interior. Cinco idiomas y a punto de conquistar Japón. Buahhh!!! Espectacular. Hubo un momento en el que hubiera matado por tener una hija con él. De verdad, ni por un instante deseé besarle, ni siquiera tocarle. Solamente deseaba hacerme con sus genes!!!!. Después, hubiera caminado tranquilamente hasta la primera clínica de fertilidad que me hubiera asegurado que tras su inseminación, me quedaría embarazada. ¿Cómo se puede desear tener un hijo con alguien sin ni siquiera desear besarle? Este mundo moderno, de verdad que me puede.
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