sábado, 15 de mayo de 2010

Calma

Hoy hace una semana que estallaba la tormenta. Ahora, me encuentro instalada en el paso posterior: en la calma. Se pronostica un fin de semana tranquilo y por eso, seguro que diferente. Vuelvo a lo imprevisto, a lo sorpresivo, vuelvo a mi reciente costumbre, tras el plan megapreparado del fin de semana pasado. El resultado fue muy, muy divertido. Y en mi caso duró hasta el domingo, donde tuve la oportunidad de actualizar mi locuaz italiano. Poco después él, de vuelta a Milano y yo, a mi casa. Sigue pulsado el pause.
Hoy ya es otro día, otra semana, y aunque podría ser otro mes, por desgracia, continúa marceando. Dicen que serán los últimos coletazos. No me fío. Es como si el tiempo, tanto el metereológico como el compuesto por horas, minutos y segundos, se resistiera a avanzar, todo lo más lo intenta, pero a la vuelta de un instante, retrocede, busca el origen, quizá porque ahí es donde debemos viajar todos tarde o temprano, al origen de la tormenta, al como y cuando empezó todo y así conocer de una vez por todas el precio a pagar en taquilla. Y en paz.

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