Esta palabra esperanza, con mayúscula o sin ella, lo mejor que podemos hacer con ella es tacharla de nuestro vocabulario. Solo los exiliados y los desterrados que se han conformado con el destierro y el exilio la pueden usar, a falta de mejor. Les da consuelo y alivio. Los que no se resignan tienen otra parlabra más enérgica: voluntad.
José Saramago, D.E.P.
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