sábado, 24 de octubre de 2009

Cuñadas

De verdad que anoche no me apetecía salir. Quedamos para comprar el regalo de Marise por la tarde y me convencieron para asistir a la fiesta que daba una cadena de gimnasios en el hotel de colores. Y allí me las encontré. Las hermanas de mi ex me persiguieron hasta que se cercioraron que era yo. Se quedaron con nosotras toda la noche y mentiría si no dijera que me hizo mucha ilusión volver a verlas. Algo desanimadas en cuanto a hombres, las vi igual que siempre, una más dicharachera que la otra, pero las dos reconocieron que me habían echado mucho de menos.
Sin embargo, ahora yo estoy en otra guerra... y esta es de las chungas. Ayer decidí llamarle y reconocer que el miércoles me sobrepasé en las formas. Admitido por parte de ambos, me dijo que no había problema, todo olvidado, entonces?. Pues no. Yo estoy más liada que nunca: su ex, su nuevo amigo que resulta ser el hermano de su ex, su ahora te demuestro lo que vales para mi, ahora paso de ti y ni te llamo... Por momentos, me parece que estoy en el buen camino, por momentos, le cruzaría la cara si lo tuviera delante. Un auténtico lio. Si por lo menos, no hubiera sentimientos de por medio, seguro me atrevería a ponerle las cosas claritas de una vez por todas.

lunes, 19 de octubre de 2009

Lloré

Al mismo tiempo que cruzaba la puerta de mi casa, por fin rompí a llorar. La emoción contenida durante horas, explotó en forma de lágrimas cuando todo acabó. El sábado se casaba mi única hermana. Acabo de hablar con ella y aunque no deja de mantener el mismo vínculo sanguíneo conmigo que el viernes, hoy es una mujer casada. Todo fue como esperábamos: la familia nos acompañó desde primera hora de la mañana y no dejó de hacerlo hasta el amanecer del domingo; los novios dejaron de serlo para convertirse en marido y mujer; en pleno octubre el verano pareció que instalarse y por todo el día… tuvimos sol y calor.

Y ahora… pues la vida sigue… para ellos y menos mal que también para el resto.

sábado, 10 de octubre de 2009

Pero

Quise probarle de nuevo. Elegí lugar y evento. Antes de reservar, se lo propuse por sms. Tardó varias horas en contestar, pero para también mi asombro, me confirmó la quedada. Incluso se ofreció venir a buscarme a mi casa. Sigo fascinada. Puntual me recogió y vimos el espectáculo.
Dicen que siempre hay un 'pero'. Esta vez también lo hubo. Tras la velada, se negó a subir a mi casa. Debo confesar que me sentí rechazada y un poco decepcionada. Sola, encima de mi cama encendía y apagaba la luz sin saber ni lo que estaba haciendo. No me apeteció ponerme el pijama, ni siquiera, lavarme los dientes. No me salían las lágrimas pero quería llorar: cómo no me había callado el ofrecimiento, me tenía que haber cosido la maldita bocaza. Encendía y apagaba. Encendía y apagaba. Encendía y... sonó un sms. Contundente, me decía que le había encantado la noche y que yo seguía pareciéndole muy, muy grande. ¿Grande?¿Muy, muy grande?¿No había otro halago? Tanta pregunta me sumió en una ensoñación particular, que otro día contaré.
Nemi, tras contarle mi historia, ha intentado animarme: 'yo creo que todo era estrategia, quería demostrarte que no siempre iba a quedar como antes, para sexo, no te rayes, está diciéndote con hechos que ha cambiado'. No sé por qué, pero no me lo creo.
Menos mal que esta noche tengo la intención de convertir mi sangre en alcohol. My sister se despide de su soltería. Mañana puede ser que vea las cosas de modo diferente, lo que es seguro es que las veré con resaca.

lunes, 5 de octubre de 2009

Peligro

Volvimos a quedar el viernes. En mi casa. Quise jugar en mi campo para estar cómoda y poder soltar mi discurso de mujer herida. No me dio tiempo. Bajo mi asombro, él vertió una palabra tras otra. Vomitó su sentido parecer. Jamás le había escuchado hablar tanto y tan seguido sobre mi y él: cuando estuvo conmigo lo tenía todo. Me faltaba el aire, me sobraban los platos, las copas y el pescado al horno. Solo quise escucharle y repetirme una y otra vez que me lo estaba diciendo a mi. Habían pasado casi tres años y me agradecía, en mi casa, que nunca le hubiera fallado, que siempre hubiera sido la misma persona, la de verdad, la que hablaba con el corazón. Le devolví sus halagos en forma de veneno. La chica del horóscopo no cambia sus planes. Comenzaba la función y esta vez salía al escenario la mujer herida, despreciada y utilizada. El drama subía de intensidad. Tanto que él, popero en cuerpo y alma, terminó llorando... Mi rostro era puro hielo. No supe reaccionar. Abrí un paquete de clinex y me levanté para secarle las lágrimas. Dulcifique la situación con una broma y un beso. El resto... lo que siguió...lo imaginable... lo suficiente para considerarme de nuevo... en zona de peligro.