Ni siquiera hubiera pedido pasar con él, el mismo tiempo que Menchu estuvo al lado de Mario en su sepelio. Ni siquiera le hubiera pedido compartir con él esas cinco interminables horas... Quizá sí que le hubiese pedido pasear junto a él aquel Camino... y que me contara como alguien tan grande, alguien capaz de escribir con más de 80 años El Hereje, puede morir un triste día 12 de marzo sin hacer ruido, tan humilde y sobriamente, dejando huérfano a todo una lengua, el castellano. Ayer falleció Miguel Delibes, a quien tantos de mi generación debemos el placer de devorar libros, eso si, siempre, los mejores.
No supe hasta que punto me había afectado la noticia hasta la noche, en que pude mirar y escuchar varios informativos donde una palabra removió este alma mía: inmortal. Miguel Delibes, el inmortal. Nada resume mejor mi deseo. De momento, aquí plasmado. De futuro, transmitido por mi parte a quienes conversen conmigo sobre literatura. Irrepetible, inmenso, incuestionable, interminable... y ojalá que.... INMORTAL. Así sea.
sábado, 13 de marzo de 2010
Delibes
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