sábado, 6 de marzo de 2010

Desierto

Me da mucha rabia tener que reconocer que algo tiene por lo menos que anunciar que desaparece de tu vida, para darte cuenta lo importante que era para ti. Me pasó el lunes. La semana comenzó laboralmente con un notición. Algo inesperado por el momento en que sucedía. Algo que ya me había vaticinado la vidente que consulté el pasado diciembre y que en ningún momento creí, porque me parecía imposible que sucediera despues de haber pasado un 2009 tan complicado para el sector en el que trabajo. Pero pasó. Y pasó en marzo del 2010. La cuenta atrás acabará en abril. Los nuevos comienzos en mi vida, siempre coinciden con el traspaso de Semana Santa (S.S.) y no de Navidad ni Año Nuevo, como en otras muchas vidas. Mi vida dio un giro, tras la S.S. del 2003, ya que quince días antes acababa mi relación con quién yo suponía en áquel entonces que sería el padre de mis hijos; asistí a nuevo giro cuando después de la S.S. del 2007 tuve que acostumbrarme a vivir sin la persona que más me animó a ser como soy, mi abuela del alma; y cuando había atravesado el desierto (aquel que nombra Pilar Jericó en su nueva obra Héroes Cotidianos, aquel que todos debemos atravesar tras un cambio o giro inesperado, lo que ella denomina, trueno), tanto sentimental como familiar, después de la próxima S.S. atravesaré otro desierto, en este caso laboral. Superarlo será la meta. A ello, como siempre, dispuesta y entregada.

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