En este preciso instante, acaba de entrar una nueva estación. Y esta vez es la primavera. Cualquiera lo diría, mirando por la ventana. El invierno pareciera que no se quiera marchar nunca. Todavía impone su condición, noche y día, aunque durante esta última semana, ha dejado que ella, la de las flores y la alergia, comience a dar señales de vida. Desde el mes de diciembre, él, el de la nieve y el viento, no ha dejado de estar presente. Horas interminables de invierno que aún no vemos que pueda despedirse hasta el año que viene. Además ha contagiado el ambiente, el frío ha hecho mella en cada uno de nosotros, haciéndonos conscientes de la crisis, en algunos casos económica y en otros personal, con la que hemos tenido que lidiar.
Pero... llega la primavera, el sol, la esperanza... la luz del túnel se divisa por fin.
Ahora solo falta que como el invierno, contagie sin remedio el ambiente económico y sobre todo, personal.
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