domingo, 30 de octubre de 2011

Nada

Me cuesta seguir cuando no pasa nada. Cuando notas que todo está paralizado. Qué el cosmos ha vuelto hacer de las suyas y te ha dejado para luego. Me cuesta porque no sé comportarme en una situación lineal, sin cambios, en la que hace tiempo que no pasa nada. Quizá sea por eso por lo que el cosmos me deja para luego, para que aprenda a no impacientarme, para que valore hasta qué punto lo plano tiene sentido, sobre todo en esta época del año en la que tantos recuerdos se me agolpan. Yo creo que se trata de un mensaje subliminal, cuyo contenido es perfectamente descifrable conforme pasan los días y la memoria trae recuerdos malévolos de tiempos peores.
Las preguntas se reencuentran en mi cabeza y los por qués se disparan, llegando a una sola pero importante conclusión: mejor así.
Y en lo que pasan los días sin que nada pase de castaño a oscuro, o viceversa, el finde ha estado plagado de reencuentros gracias al cumple de Marise y a la complicidad que demostramos a pesar de que pasen los años y estos sí que pasan de verdad.

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