Esta semana, en Madrid, nos han concedido como festivo el pasado jueves. Condición ésta indispensable para salir a dar una vuelta la noche del miércoles. Estuvimos por el centro y acabamos en la zona de Huertas. Había que celebrar, que una de nuestras bajas sociales por exámenes, se reincorporaba: Marty. Con ella, con Nita y con Nemi, tuvimos una celebración un tanto agridulce, ya que ese mismo día nos enteramos del despido de Beck de su curro. Esta crisis está actuando como verdugo de casi todo... Sigo pensando que muchos son los empresarios que cometen el pecado, e imponen la penitencia al empleado, precisamente, en nombre de la crisis. Todo un bucle que hace que al ignorante asalariado se le disfrace de circunstancias proclives para, en el mejor de los casos, recortar gastos y en el peor, acatar el despido. Indignante, realmente indignante.
Soy de la opinión, como Marty, de que nada pasa por casualidad, así es que tal cuál se lo dijimos a Beck. Estar en barbecho durante un período de tiempo, sea provocado por una situación sentimental o profesional, siempre purifica. Además, prepara la tierra para una siembra mucho más productiva.
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