Dice mi hermana que soy un poco bipolar. Todo porque, según ella, cambio de humor con relativa facilidad. Siempre he pensado que la personalidad es un reflejo de cómo te va la vida. Es decir, la personalidad te puede cambiar dependiendo de si las circunstancias en las que te desenvuelves en el presente, dentro de tu universo personal, son positivas o negativas. De esta manera, si mi vida tiene equilibrio, mi personalidad será equilibrada. Si por el contrario, mi vida tiene altibajos, mi personalidad será desequilibrada, bipolar.
Para mi no es tanto que la cara sea el espejo del alma, como que sea el humor (o malhumor) el espejo de si no el alma, por lo menos el corazón. Un maltrato excesivo en mis palpitaciones desemboca obligatoriamente en la comunicación verbal o no de mi malestar. ¿Egoísta? No lo creo; Más bien... Realista.
sábado, 18 de julio de 2009
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