De verdad que llegué a pensar que este día no llegaba nunca. Hoy es uno de agosto y por fin tengo mis vacaciones. Un mes por delante para olvidarme de madrugones, teclados, pantallas, documentación, etc.
La semana ha sido comparable al momento en el que esperas a los Reyes Magos y parece que no fueran a llegar nunca. Sinceramente, un poco desesperante. Pero aquí está y tal como te sucede cuando eres crío y recibes los regalos, mi estado ayer era de puro nervio.
Esta mañana lo he visto más claro, ya he asumido mis regalos y ahora solo me queda empezar a jugar. Puesto que aunque anoche comencé a abrirlos, supongo que a partir de hoy podré disfrutarlos.
Creo que será un agosto atípico, tengo pocas expectativas en cuanto a viajes, tan solo una semana con mis amigas en Cádiz y para eso quedan casi tres. El resto, terminar de acondicionar mi casita e intentar salir todos los fines de semana para desconectar. Apasionante, o no?
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