domingo, 10 de enero de 2010

Anel

Anel se casa. El próximo 5 de junio. Durante la noche de ayer no dejaron de venirme flashes a la cabeza. Anel y yo nos conocimos cuando teníamos apenas 15 años. Fue ella quien me sugirió que nos sentaramos juntas en clase. Ni por un momento me di cuenta que estaba conociendo a una de las personas que más marcaría mi vida. Fue ella quien me enseñó todo lo que sé sobre la amistad, la que me dejó claro que los amores vienen y van, pero que la amistad verdadera es para siempre (forever and never). Yo le presenté al que luego sería su primer novio. Pasamos juntas la selectividad, nuestra primera salida a los bajos de Moncloa, de ahí a las escaleras del Speakease, en Alonso Martinez, de ahí, a Guzman el Bueno (cuantos momentos en Lasal), y de ahí al sitio donde si las paredes hablasen, el sitio donde en mi presencia, conoció al que será, Dios mediante, su marido. Nuestras primeras vacaciones, fueron memorables. Memorable fue también el día que nos dimos cuenta que podíamos intercambiar padres y ni ellos ni nosotras nos percataríamos del cambio...Guauuuuu. Cuántas risas, y cuántas... lágrimas. Todavía recuerdo, aparcadas en un centro comercial, con la idea de comprarnos cuatro trapitos y sin salir en toda la tarde del coche, el llanto que compartimos porque yo no era capaz de encaminar aquella primera relación. Meses después, era ella la que no podía aguantar las lágrimas por quien no la merecía. Ahora, en cambio, si. Él sí la merece. Se merecen....Él posiblemente no lo sepa... pero se casa con mi hermana mayor.

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