domingo, 28 de noviembre de 2010

Murcia

Siempre que alguien menciona esta comunidad autónoma me acuerdo de aquel programa anual de televisión dedicado en exclusiva a esta localidad y que ayer me recordaron que se titulaba: Murcia, qué hermosa eres. Casi nada.
Anoche, Yul, Marise y yo coincidimos en el local piscinero con un grupo de murcianos del todo agradables. Algo señoritos de provincias pero con el toque exacto de buenas maneras y saber estar. Gente de esa a la que te encanta conocer en cualquier tipo de noche y en cualquier tipo de lugar. Señoritos, porque entre otras cosas, es evidente que la capital no se merece menos y porque como más tarde fuimos averiguando, esa noche querían terminarla en lugares superpijos, por recomendación debió de ser, médica. La ocasión, por lo tanto, lo merecía, y eso, quieras o no, se contagia. Me encantó que de la manera más natural nos fueramos mezclando, sin forceps, sino todo lo contrario, a modo de parto natural.
Lo mejor, lo de siempre: el subidón de poder encontrar aún, gente a la que vale mucho la pena conocer.... Marise, una vez más, tenía razón.

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