domingo, 27 de diciembre de 2009

Kioskero

No conozco su nombre ni él el mío. Nuestra conversación habitual se reduce a no más de dos frases y su contexto temporal es el fin de semana. Tan solo una vez se prolongó algo más y fue seguramente porque se moría de curiosidad:
Me preguntó -" Oye, ¿Por qué compras cada día un periódico distinto?"
Le respondí sonriendo -"Porque tengo una asignatura pendiente en mi vida y es la fidelidad".
También sonriendo, él continuó: -"No lo creo, porque llevas dos años viniendo a este kiosko todos los fines de semana".
Concluí: -"Ya. Lo que no sabes es a dónde voy el resto de los días".
Después, todo ha vuelto a ser normal... Como si fuera una máquina expendedora, mi kioskero favorito, me comunica el precio y me completa el diario de turno con los suplementos adicionales. Nada de romántico tiene de por sí un encuentro tan aséptico como el que llevamos desarrollando, él dentro y yo fuera, de su diminuto espacio laboral ya casi dos años. Sin embargo, me he acostumbrado a tenerlo frente a mi casa, a observar cómo coloca la prensa del día y de qué manera tan rutinaria espera venderla a sus clientes habituales. Y me ilusiono... pensando que me echará de menos cuando por cualquier circunstancia ajena a mis intenciones, no lo visite.

P.D. Sin querer, sin prácticamente enterarme, esta es la entrada 50. El último post del año se corresponde con esta mitad del todo. Habrá que celebrarlo, no?

sábado, 26 de diciembre de 2009

2009

Tan solo cinco días nos separan del 2010. Tan solo cinco noches nos quedan del 2009. Entre pares e impares, siempre he preferido los impares. Entre dos y una cifra, me decanto por una sola cifra. Entre la primera y la segunda década, qué mejor que optar siempre por la primera. De todos los números, el 10 nunca me ha inspirado confianza. Es más, el sobresaliente ha sido para mi todo un reto que dejé olvidado en el parvulario y que jamás volvió a mis calificaciones académicas. Por algo sería. Pero... nunca es tarde para cambiar y si de eso se trata, qué mejor que pensar que si algún año puede ser de diez, éste tiene de momento, el nombre.
Durante los últimos años de mi vida adulta, algo me ha sucedido en sus últimos meses que me empuja a desear la pronta irrupción de un nuevo año. Quizá por simbolizar atrapar el pasado más amargo en la urna del año acabado y recibir la del futuro más inmediato por lo menos, con los brazos abiertos. Y es que, aunque poco debo quejarme, como todos los años, el 2009 ha tenido bueno y malo: estrenos y revivals, sonrisas y lágrimas, Cádiz soleado y Chinchón lluvioso, primavera callejera e invierno vírico, verano variado y otoño cabreado. Poco ya se puede hacer por este 2009 agonizante, mas que encerrarlo en su urna y esperar a cubrirla cinco días con sus cinco noches. Después, recibir un 2010 con la ilusión de que obedezca a su propio nombre y sea un año cuanto menos sobresaliente.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Nemi

Mientras Yul y yo esperábamos a Marty para ir al sitio dónde si las paredes hablasen, me llamó Nemi. Estaba sonriendo y se la notaba. Me encanta cuando puedo escuchar a través del teléfono su sonrisa porque significa que por un momento, pierde de vista a la amiga con la que convive desde hace tiempo y que a todos nos visita de vez en cuando: la tristeza. Su pecado coincide con el mío: querer a quién se niega a quererte. Este es un error que compartimos las dos desde hace más de cuatro años. Los errores por su tosquedad atragantan, se quedan entre pecho y espalda y revientan una y otra vez cuando menos lo esperas pero más lo necesitas. Al no ser digeridos, los vomitas en forma de lágrimas y es entonces cuando dejas entreabierta la puerta del alma y se cuela la amiga de la que antes hablé. Ambas no entramos en los cánones propuestos por lo tradicional y somos más de aquello que tan bien relata Sabina en su Contigo. Por esto, yo a Nemi la digo que este tipo de producto que tanto nos vuelve locas siempre lleva un impuesto en la solapa y que irremediablemente hay que pagar. Yo estoy más que segura que Nemi saldrá de esto, que no se la tiene que olvidar cuánto dice con sus ojos, cuánto habla con su ternura y cuánto es capaz de entregar cuando quiere de verdad. A veces, Nemi, simplemente es cuestión de cambiar una letra en una palabra, como la que también señala Sabina en su Embustera: la (m)uerte es solo la (s)uerte con una letra cambiada. Así de fácil.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Nochebuena

Quedan apenas cinco días para que llegue la Nochebuena. Esta semana me contaron que se trata de la noche más larga y que por lo tanto, el 24 de diciembre es el que mayor horas de oscuridad tiene de los 365 días del año. A partir de este momento, las noches van acortándose hasta otro 24, pero esta vez en el lejano junio... La misma persona que me contaba esto, me dijo que por eso es tan importante que llegue el 25, porque la luz empieza a extenderse durante más tiempo. Y por consiguiente, la oscuridad comienza lentamente a disminuir: 'La noche del 24 es la que te traslada de la oscuridad a la luz'. Desde que supe de esta historia, tengo alguna esperanza en esta Noche en la que por tradición a casi todos nos toca cenar con la familia. Esta que llega en cinco días, será algo más que la típica Nochebuena, pues cuando me levante el día de Navidad, sabré que ha pasado la oscuridad más profunda, aquella que domina en mitad del túnel, la misma que te sitúa ante la disyuntiva de seguir avanzando o quedarte quieto, porque llevas mucho camino recorrido sin divisar la luz de la estación. A partir de ese día, cada noche será como cada paso hacia dicha estación: lento, titubeante, oscuro... pero... cada vez... más... próximo a la luz.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Inglés

El próximo martes me examino de inglés. Tengo la sensación de que no he estudiado lo suficiente, aunque anoche tuve la oportunidad de practicarlo y mucho. Fuimos a la discoteca en la que celebramos la entrada del año 2009, en el centro de Madrid. Es típico del lugar encontrar foráneos y casi siempre tienes la posibilidad de hablar en el idioma más internacional y reconocido en la actualidad. Una vez cumplida la etapa de sonrisa va, sonrisa viene, un tipo nacido en Turquía pero nacionalizado en Alemania logró que pusiera las pocas neuronas aptas para pasar la noche de sábado en funcionamiento y así, tratar de entender cada una de sus frases en un perfectísimo inglés. Si soy sincera, ni siquiera yo me hubiera aprobado. Como excusas algo baratas: la música alta y sus copas de más. Como premio de consolación: su insistencia y sus ganas de mi: 'I come back because I need to feel you'. Bravíssimo!!! Creo que logré explicarle que no era el momento adecuado debido a mi situación personal en pause, by the moment. La cosa acabó bastante más divertida de lo que yo esperaba. A estas horas vuela, Dios mediante, hacia Germany. Bon voyage, Zebo.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Desenamorarse

Es posible que no sea tan difícil como han querido hacernos creer. Quizá solo haga falta tener fuerza de voluntad y energía suficiente para no cejar en el empeño. Algo más? Yo creo que no estaría mal contar con un manual de instrucciones. Vuolà: Cómo desenamorarse. De Victor Encinas.
Me pasé toda la tarde de ayer viernes leyendo este ebook. Me enganchó desde el primer momento: en cinco pasos el autor te diseña un auténtico plan de acción. La facilidad con la que comenta de qué manera puedes conseguir que tu enamoramiento se transforme en desenamoramiento me dejó fascinada (cuánto tiempo sin utilizar esta palabra en este espacio). Noventa y cinco páginas con los flashes suficientes como para entender que tanto biológica como psicológicamente es posible ganar la guerra al amor. Para ello, conforme se avanza en el texto, se hace del todo imprescindible domar a aquello que forma parte de nosotros mismos y que apenas lo damos importancia: el inconsciente. Ahí es donde reside el auténtido verdugo. Cada paso cumplido, batalla vencida.
Aquí dejo algunas perlas: 'hay algo peor que idealizar a alguién... divinizarlo'; Una más: 'Si se ha ido con otra y no dejas de imaginártelos agarraditos en la cama, no desesperes: el primer año se matarán a besos y el segundo... a pedos'. Absolutamente Genial.

martes, 8 de diciembre de 2009

Euphorbia

Ayer salí a buscar algo que colocado en mi casa me contagiara de ese espíritu navideño que en la tele no dejan de informar que ya se encuentra instalado en todo el mundo occidental. Después de recorrer algunas tiendas y después de mirar y toquetear todo tipo de adornos, me surgió la idea de comprar algo que a la vez de recordarme que muy a mi pesar es Navidad, tuviera vida propia, aunque para ello dependiera en algo de mis cuidados. Bingo! Compré una euphorbia, esto es, la flor típica de la Navidad... La florista me comentó lo delicada que resulta para que sobreviva en el interior: no soporta una temperatura más allá de los 22 grados, necesita recibir luz natural aunque, en su justa medida; en cuanto al riego, dos veces por semana, pero eso sí, desde la raíz. Casi nada. A pesar de todo, me decidí. Qué mejor momento para compartir con una de las plantas más sensibles de la jardinería al uso, esta etapa de supervivencia.

Desde ayer, de vez en cuando la observo durante unos minutos, sonrío y la replico: PO-DE-MOS!

lunes, 7 de diciembre de 2009

Puente

Es un lunes diferente. Se me hace raro estar en casa. En pleno puente de diciembre, aunque ya queda lejos el sábado, no podía perder la oportunidad de contar que celebramos el cumple de Nita y Beck. Escogieron la zona de Huertas y la sorpresa mayor nos la dieron ellas, ya que nos regalaron unas plumas charleston para diferenciarnos del resto de lolitas, chicas y pivitas de la zona. Como si no fuera bastante diferencia cada una de nuestras personalidades... Por mi parte, cumplí mi promesa: dos mojitos y sangría durante la cena formaron parte del prólogo de las copas de brugalcola en el garito preferido de ambas. Mi intención fue doblar y doblé. Allí solamente llegamos las cumpleañeras, Yul, Anel y yo. Poco después pero eso sí hasta el final, las presentes fuimos: Beck, Nita y yo. El trío más marchoso solo decidió abandonar la noche cuando se encendían las luces a la vez que se apagaba la music. De camino a casa, Nita me agradecía que me hubiera quedado hasta entonces. Nada que agradecer: 'No eres más libre cuando haces lo que te apetece sino cuando eliges aquello que te hace más persona'. Lo dice Enrique Rojas. Yo solo lo corroboro.